De mi Vida y otras Vidas
De mi vida y otras vidas salió a la calle en 1949 cuando B. Sanín Cano cumplía 88 años de edad. Eran los últimos meses de la administración del presidente Ospina Pérez y la inminente elección de Laureano Gómez al solio de Bolívar y de Santander. Día tras día los periódicos informaban sobre la violencia en el campo y sobre el enfrentamiento de Estados Unidos y la Unión Soviética, tensión que habría de durar cuarenta años bajo el mote de "guerra fría". Sanín vivía del periodismo y todas las semanas los lectores se enteraban de la política nacional e internacional y de las novedades literarias que aparecían con su nombre en los diarios y revistas del país. Al mirar atrás y observar sus logros, se percibe que llevaba más de medio siglo entregado a las fatigas de la escritura que sumaban seis libros publicados en el exterior y no menos de dos mil artículos redactados buena parte de ellos en el formato del ensayo. Una muestra de estos últimos se podía leer, o repasar, en otra media docena de volúmenes nacionales que se vendían sin premura en las librerías de la capital y de provincia.
From my life and other lives went out to the street in 1949 when B. Sanín Cano turned 88 years old. It was the last months of the administration of President Ospina Pérez and the imminent election of Laureano Gómez to the throne of Bolívar and Santander. Day after day the newspapers reported on the violence in the countryside and on the confrontation between the United States and the Soviet Union, a tension that would last forty years under the name of "cold war". Sanín lived from journalism and every week readers found out about national and international politics and the literary news that appeared with his name in the country's newspapers and magazines. Looking back at his achievements, it is clear that he had been dedicated to the writing efforts for more than half a century, which added up to six books published abroad and no less than two thousand articles written, many of them in the essay format. A sample of these last ones could be read, or revisited, in another half a dozen national volumes that were sold without haste in the bookstores of the capital and the provinces.