Economía política de la pandemia
Este análisis recoge veinte textos breves que el autor ha escrito durante los primeros dos meses (marzo-abril y mayo del 2020) que han transcurrido desde que estalló la tremenda crisis de salud pública, así como en el campo económico y social por el doble fenómeno de la estrepitosa caída de los precios internacionales del petróleo y la expansión de la pandemia del coronavirus en Colombia. Son textos escritos, pues, al calor de la llegada de las noticias, y cuando la profundidad de la crisis está aún por determinarse. Deben tomarse, en consecuencia, con cautela. Al momento de escribir estos textos los especialistas y los centros de investigación están produciendo todo tipo de proyecciones. Y todos los días las están cambiando. Hay, en efecto, cambiantes proyecciones sobre la duración que tendrá la pandemia, sobre la magnitud de sus efectos letales, sobre los mejores métodos para combatirla, sobre la destrucción de empleos que se va a generar, sobre la profundidad que tendrá el fenómeno de las quiebras empresariales por razón de la parálisis económica y mercantil que causa el “aislamiento social” al cual han recurrido casi todos los países, incluido Colombia. Asimismo sobre la ineludible caída que se registrará en las cifras del producto interno bruto (pib) del mundo y de los diversos países a lo largo del 2020, sobre el papel de los bancos centrales y de los organismos multilaterales, así como sobre el papel que deben desempeñar los bancos privados. Y, por supuesto, sobre los mecanismos de orden fiscal que todos los países deberán poner en marcha mediante ambiciosos programas de gasto público (financiados fundamentalmente con crédito público, o sea, con más endeudamiento) para recuperar –con una mayor presencia estatal que la tradicional– la economía y el empleo, que quedarán gravemente averiados con esta crisis. Aunque la profundidad de la crisis se desconoce aún al escribir estos textos, como queda dicho, existe ya un consenso suficientemente generalizado para poder afirmar que estamos frente a una crisis tan devastadora en lo económico y social como fue la recesión de los años treinta del siglo pasado. Quizás la recuperación tomará menos tiempo en esta ocasión que entonces. Es muy probable que a partir del 2021 empecemos a presenciar el efecto “rebote” del que ahora se habla. Pero no es menos cierto que el 2020 pasará a los anales económicos y sociales del mundo y de Colombia como uno de los años más oscuros y dolorosos de la historia.
Introducción
Comparación de la crisis del coronavirus
con la anterior crisis de 1998-1999 11
ii. La pandemia y el empleo 15iii. Gasto público, emergencia social y dólar caro 19
iv. El Decreto 444 23De los “primeros auxilios” a la convalecencia 27Un Plan Marshall criollo 31vii. Sudando petróleo 35
viii. De la falta de apetito a la anorexia 39
ix. La regla fiscal no es modelar plastilina 43Consultas previas virtuales 47Olvidemos el “ojímetro” fiscal: que hable el Gobierno 49xii. 0 + 14 + 27 + 12 = 53 billones de pesos 53
xiii. El puesto en el escenario: de la deuda a los impuestos 57
xiv. ¿Cicatería? 61
8
xv. Seguridad alimentaria y pandemia 65xvi. Las entidades territoriales en la pandemia 67
xvii. Lectura de Piketty para tiempos de malestar social 71
xviii. ¿“Fracking” o fracaso? 75
xix. Vida, pasión y muerte de la “renta básica” 79
xx. Losidusde junio 81¿Es legítimo que el Gobierno
tome prestada plata de las pensiones? 85